miércoles, 18 de febrero de 2015

PRIMERAS ELECCIONES DE LA TRANSICIÓN




Aquellas palabras, sin duda, fueron premonitorias de cara al futuro, si constatamos el papel tan importante que desarrollan actualmente las cadenas de televisión de nuestro país en las campañas electorales que consiguen jugar un papel de suma importancia en la opinión de los electores.

     La ronda de entrevistas la cerramos con el líder del PSOE Francisco Fernández Maganto, que era a la sazón cabeza de lista del PSOE  en la candidatura de las primeras elecciones municipales de la democracia que se iban a celebrar el 3 de abril de 1979. El que fuera posteriormente primer alcalde democrático en san Lorenzo de El Escorial, confesaba que aquella constitución no era la que los socialistas hubiesen deseado pero si esperaban que fuese la constitución de todos los españoles,  ya que después de cuarenta años de dictadura, aunque pareciese utópico, los socialistas entendían que esta carta magna de las libertades pretendía recoger las aspiraciones de todos los ciudadanos de este país para que después pudiesen seguir desarrollando a través de futuras leyes una vida social y democrática en perfecta sintonia con el pueblo. Por eso, decían si a la constitución.
Francisco Fernández maganto era el secretario general de su partido en esta localidad y sin duda poseedor de un gran carisma y muy apreciado en el pueblo, llegó a la alcaldía del real sitio representando los anhelos de las gentes sencillas que veían en este hombre forjado entre la clase trabajadora del pueblo, un líder indiscutible capaz de llevar a cabo la transformación política, económica y social que deseaba la ciudadanía de esta localidad serrana. La verdad, no llegó a culminar aquel sueño, muy difícil en aquella época, sin duda por la falta de experiencia política y por los condicionamientos históricos de un pueblo que ha vivido toda su historia bajo la sombra de un monumento mundialmente protegido y con fuertes ataduras de la oligarquía del régimen franquista que desde hace varios lustros tiene en esta localidad su residencia veraniega. No obstante Maganto fue el primer alcalde democrático que inició los numerosos cambios que desde entonces se han producido en este municipio tras pasar la barrera de la dictadura a la democracia.
Tengo que reconocer que me causó un gran dolor cuando me anunciaron, pasado un cierto tiempo, el fallecimiento de mi amigo Paco que según me contaron murió tras una larga enfermedad.

Guardo un grandísimo recuerdo y admiración por la labor difícil y poco reconocida de este primer alcalde que gobernó el Real Sitio, durante la primera etapa de la democracia, y que según mi criterio supo desarrollarla con la valentía y el coraje  que requerían aquella etapa de convulsos cambio políticos en la nueva  España.

Después de estas breves pinceladas sobre la opinión que tenían los líderes políticos de aquella época en San Lorenzo de El Escorial, llagó el preludio de la navidad, comienzo del mes de diciembre de 1978, exactamente el día 6, fecha en que los españoles fuimos llamados a las urnas para votar si aceptábamos la constitución de la recién creada democracia. Fuimos a votar la gran mayoría de españoles. Bueno, relativa gran mayoría: La participación fue del 67,11 por ciento y fue aprobada por el 88,54 por ciento. Pero, la abstención fue importante: 8.758.909 sobre un censo de 26.632.180 españoles.

En la actualidad muchos de aquellos ciudadanos españoles que dimos un sincero si a nuestra constitución estamos totalmente decepcionados cuando hemos podido comprobar, sobre todo en estos últimos tiempos, que aquella carta magna se elaboró para proteger a las clases más poderosas de este país. Al resto de españoles, especialmente a la clase trabajadora, aquellos políticos que votamos con entusiasmo, con la esperanza de que sabrían encauzar la vida social y política por senderos de paz y prosperidad, lo único que han conseguido, sobre todo los dos partidos mayoritarios que han gobernado España desde 1979, ha sido socavar sistemáticamente todos los logros conseguidos tras muchas décadas de esfuerzo y trabajo de las clases trabajadoras que se han apropiado las élites políticas y financieras de este país que nos han arrebatado brutalmente   
 ese estado del bienestar que durante estos años de democracia habíamos construido todos los españoles paso a paso en el curso de estos años. Actualmente, en este primer decenio del nuevo siglo los políticos lo más representativo que han conseguido ha sido: unas cifras de paro brutales, recortes indiscriminados en sanidad, educación, ayudas alas capas más desfavorecidas de la población, etc.
Y todo ello con el escarnio que están sufriendo las clases trabajadoras, de ver como un número considerable de políticos han saqueado sistemáticamente las arcas públicas llevándose el dinero a los paraísos fiscales, mientras los bancos son los únicos que reciben ayudas del gobierno que se cifran en una ingente suma de millones de euros y que ellos engrosan esas cifras multimillonarias no solamente negando los créditos a las familias que los necesitan, igual que desahucian a miles de familias que no pueden hacer frente a hipotecas abusivas, como también es patético la imagen que estamos viendo a diario sobre miles de ancianos que depositaron sus ahorros pensando en su jubilación y al ir a por su dinero al banco donde lo ingresó le han dicho que no lo podían sacar.  Los ciudadanos de los países que nos circundan atónitos se preguntarán: ¿Eso es legal? En España si parece que es legal.

Pero, volvamos, amigos lectores al principio de estas crónicas del recuerdo, cuando Nuestro país gozaba de una paz envidiable. Gracias al turismo que ya venia en grandes oleadas dejando su buen dinero en las arcas des estado, los emigrantes que habíamos enviado durante la década de los sesenta, una cantidad de considerable de dinero en divisas había trabajo, ilusión y entusiasmo por el cambio político que se avecinaba.

Todo ello a pesar de que las reuniones políticas casi estaban todavía en la clandestinidad, y por supuesto, las manifestaciones se celebraban con los grises dando palos a diestro y siniestro. Por cierto, no se puede obviar la terrible tragedia perpetrada por un reducido grupo de seguidores de la ultraderecha asesinando a ocho sindicalistas en la calle Atocha de Madrid. Aquel terrible suceso conmovió de tal manera a la sociedad española que estoy seguro que a partir de entonces cambiaron totalmente los esquemas políticos en nuestro país lo que ocasionó un paso definitivo a la transición española y por ende,  a la democracia.