Aquellas palabras, sin duda, fueron
premonitorias de cara al futuro, si constatamos el papel tan importante que desarrollan
actualmente las cadenas de televisión de nuestro país en las campañas
electorales que consiguen jugar un papel de suma importancia en la opinión de
los electores.
La ronda de entrevistas la cerramos con el líder
del PSOE Francisco Fernández Maganto, que era a la sazón cabeza de lista del
PSOE en la candidatura de las primeras elecciones municipales de la democracia que se iban a
celebrar el 3 de abril de 1979. El que fuera posteriormente primer alcalde
democrático en san Lorenzo de El Escorial, confesaba que aquella constitución
no era la que los socialistas hubiesen deseado pero si esperaban que fuese la
constitución de todos los españoles, ya
que después de cuarenta años de dictadura, aunque pareciese utópico, los
socialistas entendían que esta carta magna de las libertades pretendía recoger
las aspiraciones de todos los ciudadanos de este país para que después pudiesen
seguir desarrollando a través de futuras leyes una vida social y democrática en
perfecta sintonia con el pueblo. Por eso, decían si a la constitución.
Francisco Fernández maganto era el
secretario general de su partido en esta localidad y sin duda poseedor de un
gran carisma y muy apreciado en el pueblo, llegó a la alcaldía del real sitio representando
los anhelos de las gentes sencillas que veían en este hombre forjado entre la
clase trabajadora del pueblo, un líder indiscutible capaz de llevar a cabo la
transformación política, económica y social que deseaba la ciudadanía de esta
localidad serrana. La verdad, no llegó a culminar aquel sueño, muy difícil en aquella
época, sin duda por la falta de experiencia política y por los condicionamientos
históricos de un pueblo que ha vivido toda su historia bajo la sombra de un
monumento mundialmente protegido y con fuertes ataduras de la oligarquía del
régimen franquista que desde hace varios lustros tiene en esta localidad su
residencia veraniega. No obstante Maganto fue el primer alcalde democrático que
inició los numerosos cambios que desde entonces se han producido en este
municipio tras pasar la barrera de la dictadura a la democracia.
Tengo que reconocer que me causó un gran
dolor cuando me anunciaron, pasado un cierto tiempo, el fallecimiento de mi
amigo Paco que según me contaron murió tras una larga enfermedad.
Guardo un grandísimo recuerdo y
admiración por la labor difícil y poco reconocida de este primer alcalde que
gobernó el Real Sitio, durante la primera etapa de la democracia, y que según
mi criterio supo desarrollarla con la valentía y el coraje que requerían aquella etapa de convulsos
cambio políticos en la nueva España.
Después de estas breves pinceladas sobre
la opinión que tenían los líderes políticos de aquella época en San Lorenzo de
El Escorial, llagó el preludio de la navidad, comienzo del mes de diciembre
de 1978, exactamente el día 6, fecha en que los españoles fuimos llamados a las
urnas para votar si aceptábamos la constitución de la recién creada democracia.
Fuimos a votar la gran mayoría de españoles. Bueno, relativa gran mayoría: La
participación fue del 67,11 por ciento y fue aprobada por el 88,54 por ciento.
Pero, la abstención fue importante: 8.758.909 sobre un censo de 26.632.180
españoles.
En la actualidad muchos de aquellos
ciudadanos españoles que dimos un sincero si a nuestra constitución estamos
totalmente decepcionados cuando hemos podido comprobar, sobre todo en estos
últimos tiempos, que aquella carta magna se elaboró para proteger a las clases
más poderosas de este país. Al resto de españoles, especialmente a la clase
trabajadora, aquellos políticos que votamos con entusiasmo, con la esperanza de
que sabrían encauzar la vida social y política por senderos de paz y
prosperidad, lo único que han conseguido, sobre todo los dos partidos
mayoritarios que han gobernado España desde 1979, ha sido socavar
sistemáticamente todos los logros conseguidos tras muchas décadas de esfuerzo y
trabajo de las clases trabajadoras que se han apropiado las élites políticas y
financieras de este país que nos han arrebatado brutalmente
ese estado del bienestar que durante estos
años de democracia habíamos construido todos los españoles paso a paso en el
curso de estos años. Actualmente, en este primer decenio del nuevo siglo los
políticos lo más representativo que han conseguido ha sido: unas cifras de paro
brutales, recortes indiscriminados en sanidad, educación, ayudas alas capas más
desfavorecidas de la población, etc.
Y todo ello con el escarnio que están
sufriendo las clases trabajadoras, de ver como un número considerable de
políticos han saqueado sistemáticamente las arcas públicas llevándose el dinero
a los paraísos fiscales, mientras los bancos son los únicos que reciben ayudas
del gobierno que se cifran en una ingente suma de millones de euros y que ellos
engrosan esas cifras multimillonarias no solamente negando los créditos a las
familias que los necesitan, igual que desahucian a miles de familias que no pueden
hacer frente a hipotecas abusivas, como también es patético la imagen que
estamos viendo a diario sobre miles de ancianos que depositaron sus ahorros
pensando en su jubilación y al ir a por su dinero al banco donde lo ingresó le
han dicho que no lo podían sacar. Los
ciudadanos de los países que nos circundan atónitos se preguntarán: ¿Eso es
legal? En España si parece que es legal.
Pero, volvamos,
amigos lectores al principio de estas crónicas del recuerdo, cuando Nuestro
país gozaba de una paz envidiable. Gracias al turismo que ya venia en grandes
oleadas dejando su buen dinero en las arcas des estado, los emigrantes que
habíamos enviado durante la década de los sesenta, una cantidad de considerable
de dinero en divisas había trabajo, ilusión y entusiasmo por el cambio político
que se avecinaba.
Todo ello a
pesar de que las reuniones políticas casi estaban todavía en la clandestinidad,
y por supuesto, las manifestaciones se celebraban con los grises dando palos a
diestro y siniestro. Por cierto, no se puede obviar la terrible tragedia
perpetrada por un reducido grupo de seguidores de la ultraderecha asesinando a
ocho sindicalistas en la calle Atocha de Madrid. Aquel terrible suceso conmovió
de tal manera a la sociedad española que estoy seguro que a partir de entonces
cambiaron totalmente los esquemas políticos en nuestro país lo que ocasionó un
paso definitivo a la transición española y por ende, a la democracia.