jueves, 19 de marzo de 2015

CITA CON EL PUEBLO: CONTINUACIÓN



Y así surgió, entre los compañeros de la redacción del semanario, la idea de organizar una charla coloquio entre los líderes políticos y sus futuros electores. Una charla- hay que reconocerlo con franqueza- que tuvo muy buena acogida por parte de los candidatos  que obstaban a la alcaldía así como por parte del publico. Fue un lleno total en la sala donde celebramos aquel encuentro político que titulamos “Cita con el pueblo”. Hay que subrayar que aquella charla debate se celebró en San Lorenzo de El Escorial y los lideres políticos eran los que días después se presentaron en las distintas candidaturas municipales.
El extenso artículo que redacte sobre este coloquio comenzó  con el siguiente titular:
                    
                                           AMBIENTE FRIO AL COMENZAR

                      Como el aire frío de nuestra sierra, se presentó este coloquio debate  en sus comienzos. Nuestros futuros pedáneos y el poco público que, al principio había, nos fue imposible poner a los representantes políticos frente al auditorio, y tuvimos que contentarnos con dejar a cada grupo en un ángulo del cuadrilátero, y así comenzó el  combate dialéctico  que a petición del público- que ya empezaba a crecer el número de asistentes- comenzaron las preguntas que giraban en torno a como pensaban, si eran elegidos, solucionar los múltiples problemas que a la sazón tenían los vecinos de este municipio, como por ejemplo: Escolares y universitarios, trabajo, diversión, culturales, atención para la tercera edad etc.
     El representante del PSOE Francisco Maganto rompió el hielo de la sala prometiendo que si llegaba al poder lucharía por devolver al pueblo su verdadera identidad haciéndoles participes de sus logros y de sus problemas. Que fuese el pueblo quien decidiese, y no como hasta ese momento, eran otros quienes decidían como: Patrimonio Nacional, ICONA, Barrio de Abantos, etc. El líder socialista invitaba a los vecinos del pueblo que si llegaba a ocupar el sillón municipal prometía tener siempre las puertas abiertas del consistorio  para que los vecinos pudiesen exponer todos sus problemas y tratar de darles cauce en las soluciones.

En la página anterior puse una foto con dos queridos personajes de aquella época, pero no dije el motivo de aparecer juntos en dicha foto. El motivo histórico que encierra estas dos imágenes es al margen de rendir homenaje a dos ilustres alcaldes de la época que describo, comentar como hecho curioso que Julio Muñoz Ontoría, fue el último alcalde de la dictadura, y Francisco Fernandez Maganto, primer alcalde de la democracia. Ambos gobernaron el ayunta
miento de san Lorenzo de El Escorial en la época que describo.  



miércoles, 18 de marzo de 2015

CITA CON EL PUEBLO


Una vez aprobada la constitución faltaban por celebrar las elecciones municipales a nivel estatal. O sea, en el conjunto de toda la geografía española, pueblos y ciudades. que tenían que organizar  moviéndose en la nebulosa de  unos tiempos nuevos, un ambiente muy cargado entre los partidarios de la extrema derecha y  fuerzas progresistas y entre los dos bandos la nueva clase política navegando en un ambiente hostil y prácticamente de un desconocimiento supino por parte de una ciudadanía que prácticamente ignoraba los entresijos de la política municipal después de cuarenta años de dictadura en los que los ayuntamientos se habían regido a los acordes de los personajes adictos al régimen y que a su vez habían puesto en los municipios hombres y mujeres de su total confianza.

 Las primeras elecciones municipales democráticas se iban a celebrar el 6 de abril de 1979, o sea, cuando ya había pasado un año de la aprobación de la constitución y dos años de las generales, pero, estas tenían un morbo especial porque  los ediles que se iban a elegir eran nuestros propios vecinos. Los que a posterior iban a mandar en nuestras vidas, y eso era harina de otro costal. había que tener mucho tiento con la elección de aquellas listas que se presentaban cargadas de promesas y proyectos milagrosos de los que sus protagonistas no tenían ni la mas remota idea de la fórmula para llevarlos a buen puerto.

La dirección de Ecos de la Sierra no se quedó al margen de  este extraordinario acontecimiento echándonos, a los redactores a la calle (no despedidos claro está) puesto que no cobrábamos ni un céntimo del semanario, pero si con la consigna de sacar el mejor partido periodístico a los protagonistas de aquel extraordinario evento político.  
  
Y así, surgió, entre los compañeros de la redacción del