Si bien vivo en otro extremo de la costa oriholana visito a menudo el último rincón de esta extensa costa que tiene por nombre "Campoamor" y tengo que reconocer que siempre quedo prendado de su singular belleza paisajística. Estos bellos parajes que en otros tiempos fueron, sin duda, más apacibles.Eran terrenos sembrados de una extensa variedad de frutas que brotaban a raudales a la sombra de palmeras, naranjos y limoneros, pero que a posteriori fueron sacrificados por gigantescas urbanizaciones que han cubrieron la casi totalidad de esta costa tan hermosa.
Hoy solamente queda a salvo un minúsculo terreno (Cala mosca) por cuya salvación luchan denodadamente los vecinos de Orihuela para que no sea urbanizado, aunque con escaso éxito debido a que este terreno, que en su día fue protegido, ya tiene dueño. Solo queda, por ahora, sus playas, sus acantilados, sus bellos paisajes que al reflejarse en las limpias aguas del mar forman un mosaico de mil colores que resaltan con inusitado resplandor al brillo del sol naciente.
No obstante lo descrito, aún puede sentir el caminante un gozo indescriptible al caminar a través de de los senderos, en algunos tramos asfaltados, senderos que discurren bordeando las distintas playas y acantilados que circundan el perímetro de la costa oriholana desde: Punta Prima, pasando por Playa Flamenca, La Zenia, Cabo Roig, Y por último, las playas de Campoamor. Un mítico nombre de mujer que ha quedado grabado en la historia de España cuya vida la dedicó a la lucha por la igualdad de la mujer. y un apacible rincón de la costa oriholana que sin duda quedará grabado en la memoria de aquellos bañistas o caminantes que acudan por primera vez a visitar este maravilloso rincón marítimo de la vega baja.
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